Capitulos:
12345678910111213
1 - Decidí, pues, no haceros otra visita que os causara tristeza.{cf2super [a]}
2 - Porque si yo os entristezco, ¿quién me hará sentir alegre, de no ser vosotros, a quienes he entristecido?
3 - Por eso os escribí{cf2super [b]} como lo hice, porque no quería ir para que me entristecierais vosotros, que más bien deberíais alegrarme. Estaba seguro de que todos haríais vuestra mi alegría;
4 - pero cuando os escribí esa carta me sentía tan preocupado y afligido que hasta lloraba. Sin embargo, no la escribí para causaros tristeza, sino para haceros ver cuán grande es el amor que os profeso.par par {i Perdón para el ofensor de Pablo}
5 - El que ha causado tristeza, no solo me la ha causado a mí, sino hasta cierto punto también a vosotros.{cf2super [c]} Y digo {f0 u8220?}hasta cierto punto{f0 u8221?} por no exagerar.
6 - El castigo que la mayoría de vosotros ha impuesto a esa persona es ya suficiente.
7 - Lo que ahora debéis hacer es perdonarle y ayudarle, no sea que tanta tristeza le lleve a la desesperación.
8 - Por eso os ruego que nuevamente le demostréis el amor que le profesáis.
9 - Ya antes os escribí sobre este asunto, precisamente para probaros y saber si estáis dispuestos a seguir mis instrucciones.
10 - Así que, a quien vosotros perdonéis algo, también yo se lo perdono. Y se lo perdono, si algo hay que perdonar, por consideración a vosotros y en presencia de Cristo.{cf2super [d]}
11 - Así Satanás no se aprovechará de nosotros, pues conocemos muy bien sus mañas.{cf2super [e]}par par {i Intranquilidad de Pablo en Tróade}
12 - Cuando llegué a la ciudad de Tróade para anunciar el evangelio de Cristo, se me presentó una gran oportunidad de trabajar por el Señor.
13 - Pero mi ánimo no estaba tranquilo, porque no encontré a nuestro hermano Tito.{cf2super [f]} Por eso me despedí de ellos y me fui a Macedonia.{cf2super [g]}par par {i Acción de gracias{cf2super [h]}}
14 - Gracias a Dios que siempre nos lleva en el desfile victorioso de Cristo,{cf2super [i]} y que por medio de nosotros da a conocer su mensaje, esparciéndolo por todas partes como un aroma agradable.
15 - Porque nosotros somos como el olor del incienso que Cristo ofrece a Dios y que se esparce tanto entre los que se salvan como entre los que se pierden.
16 - Para los que se pierden, este incienso resulta un aroma mortal; pero para los que se salvan es una fragancia que les da vida. ¿Y quién está capacitado para esto?
17 - Nosotros no andamos negociando con el mensaje de Dios, como hacen muchos. Al contrario, hablamos con sinceridad delante de Dios, como enviados suyos que somos y por nuestra unión con Cristo.